Hoy miércoles, abrimos nuestro auditorio para hablaros de una obra para piano, concretamente
un preludio, compuesto por el compositor francés
Claude Debussy. Su título:
La catedral sumergida y la historia en la que se inspira nos va a llevar a Bretaña, a la ciudad más bella del mundo.
Existe una antigua leyenda de origen celta que narra la historia de una
ciudad sumergida en las gélidas aguas del Mar del Norte de nombre Ys.
Se trataba de la ciudad más bella del mundo; las descripciones nos
hablan de una inmensa villa de calzadas empedradas, soberbios muros,
suntuosos palacios, rica en comercio y en cultivo de las artes, a la
cual un enorme dique, con una única puerta de bronce cuya llave estaba
en poder del rey, protegía de las mareas altas.
Pero las mismas descripciones nos dicen que Dahut, la hija del rey, era un ser egoísta, carente de virtud y piedad que en un día de tormenta e incitada por su amado, roba la llave al rey para abrir la gran puerta del dique y quedar la ciudad sumergida entre las aguas.
La leyenda no acaba aquí, todos los amaneceres desde lo más profundo del mar surge la ciudad de Ys y puede ser contemplada unos segundos por los seres humanos, además en ciertas ocasiones los barcos que navegan por la bahía de Dourarnenez escuchan el lúgubre replicar de las campanas de su vieja catedral, recordando con ello la gloria de la ciudad perdida.
Esta leyenda es la base sobre la que se inspiró Debussy para componer la
Catedral Sumergida, un
preludio para piano perteneciente al primero de los
dos libros de Preludios, compuestos entre 1909 y 1913, integrados cada uno de ellos por 12
Preludios, ejemplo de la mejor música escrita para piano de Debussy y homenaje del compositor a Chopin y a sus
Preludios, pero en este caso con un objetivo muy diferente al del compositor polaco. Para Debussy
cada preludio va a ser una evocación destinada a crear una atmósfera, destinada a crear en el oyente un estado propicio para identificarse con el tema elegido,
una evocación de las impresiones que ese tema genera, en el caso concreto de
La catedral sumergida la leyenda de la ciudad de Ys. En palabras de Debussy:
Un interpretación emocional de lo que es
invisble
en la naturaleza
La primera pregunta, como siempre, está clara. ¿Cómo lo hace? ¿Cómo consigue crear esta atmósfera? ¿Nos va a evocar la leyenda a base de leit-motiv? Vayamos paso por paso.
Debussy junto con Ravel suelen enmarcarse dentro del impresionismo musical.
La pregunta que yo haría, si fuese quisquilloso, sería, ¿existe
realmente el impresionismo en música?
Lo que sí es cierto es que desde mediados del s. XIX el sistema en el que se estaba componiendo se va agotando, en gran medida por todas las licencias que se van introduciendo y Claude Debussy es una de las piezas claves en la revolución y la apertura a nuevas
formas y sistemas compositivos que la música occidental va a vivir a lo
largo del s. XX.
Claude Debussy interpretando al piano.
Debussy frente a la corriente alemana que aboga por el predominio de la estructura y del sistema diatónico, va
a dar valor con su enfoque a cuestiones que hasta este momento en la
música occidental se consideraban secundarias, superficiales como la
intensidad, el timbre o la textura. Solemos decir que Debussy es el gran creador de atmósferas en música.
Con Debussy vamos a aprender a escuchar el sonido en sí mismo, como una
entidad autónoma con la que recrearnos y la armonía dejará de ser un
agente dinámico para convertirse en un medio enormemente estático que
produce efectos de atmósfera y de color en la sonoridad.
Y así comienza esta obra. Una música profundamente calmada indefinida para esos principios por lo que se regía la música hasta ese momento, -una
buena idea para ser conscientes de esta indefinición sería intentar
cantar el tema, éste no aparece hasta el compás siete de una manera casi
imperceptibles y alejadas de las ideas de tema clásico-, queriendo situarnos, siguiendo palabras del propio Debussy, en una bruma sonora. Una situación que continuará dulce y fluida evocándonos el mar en calma y que dura hasta el minuto 1'32 en la grabación que a continuación ponemos.
A partir de este momento (min. 1'32) comienza lo que sería la
segunda sección de la pieza en la que la música va adquiriendo poco a
poco movimiento. Estamos saliendo de la bruma y vamos a escuchar el campanario de la vieja catedral. Oiremos, como si de un carillón se tratase, en el registro más agudo del piano el replicar irreal de sus campanas (min. 2'14).
Un ejemplo perfecto este momento y esta obra, del interés de Debussy
por el timbre y por la explotación sonora de las posibilidades de los
instrumentos.
Las campanas de la catedral suenan sobre unos acordes graves y sonoros que evocan la manera en la que se construían las polifonías primitivas, concretamente el organum.
Y aquí si que me gustaría hablar de otra idea. Obviamente aquellos que
tengáis alumnos pequeños con que escuchen los acordes y las campanas nos
damos por satisfechos, pero si son mayores si podéis explicarles que
esto es un rasgo importante dentro de la obra de Debussy.
Organum paralelo modificado. Micrologus de Guido, Siglo XI
No voy a ser muy espeso y enseguida os voy a continuar guiando en la
escucha de la tercera sección de este maravillosa pieza. Solamente
quiero decir que esta apertura a nuevos sistemas compositivos, de la que antes hablábamos, va a crear dos grandes corrientes:
aquellos continuadores de la tradición alemana que con el uso de
cromatismo pretenden extender los recursos composicionales desde dentro o
los que buscan una renovación del lenguaje desde fuera. Este último es el caso de Debussy.
¿Qué significa esto? Pues que Debussy para renovar su lenguaje, para crear su música va a mirar a otras culturas, a otros sistemas compositivos,
culturas que pueden estar alejadas de la suya tanto geográficamente
-aquí entra la gran influencia que van a tener en este momento las Exposiciones Universales para conocer lo que pasa en otros sitios, siendo el máximo ejemplo el descubrimiento de la música de Java concretamente la música de gamelán que tanta influencia tuvo en Debussy- como temporalmente.
La virgen de las Rocas de Leonardo da Vinci
De la misma manera que nuestra cultura no siempre pintó con los mismos
principios su música no siempre estuvo compuesta bajo el mismo
sistema. El sistema tonal ese que ha condicionado nuestra escucha y nuestra manera de concebir la música es una creación moderna que se consolida en torno a 1750, antes componíamos de otras maneras, con otros sistemas como el modal, propio de la Música del Medievo.
Ábside de Sant Climent de Taüll, Pirineo catalán, s. XII
Pues bien Debussy para renovar su lenguaje viaja al Medievo y asume
rasgos de ese tipo de música. En este caso concreto la catedral va a ser
evocada con un organum, que es una de las formas más primitivas de la polifonía, una música hecha con quintas paralelas.
Lo podéis escuchar claramente en el min 2'30 (aunque venimos
escuchándolo desde el 2,10) representando esos cimientos de la vieja
catedral, gloria del pasado.
En el minuto 2'30 llegamos a la tercera parte de este Preludio,
primera cumbre de intensidad de la pieza. Momento en donde el mar, en
ese amanecer nos deja ver claramente la imagen de la catedral. A partir
de aquí Debussy hará una meditación expresiva y concentrada dentro de
una expresión de gran grandiosidad.
No quiero acabar sin destacar la manera en la que Debussy nos deja a
partir del minuto 5. 14 una última imagen de esta catedral, en esta
ocasión ese órgano que interpreta acordes paralelos lo escuchamos
enturbiado por ese mar que va hacer desaparecer la catedral entre sus
aguas. El agua vuelve a sumergir la catedral.
Saint-Georges majeur au crépuscule, de Claude Monet
Una pieza que como he intentado explicar da múltiples posibilidades. Para
los más pequeños un fantástico ejemplo para recrear con ellos una
leyenda y jugar a buscar sonoridades graves en esos acordes del organum y
agudas en esas campanas de la catedral. Si nuestros alumnos son más mayores las posibilidades se amplían enormemente: os puede servir para viajar a otras culturas o a otros tiempos y mostrar la música que allí se hace o se hacía; para hablar de renovación del lenguaje musical
y de como cuestiones como el timbre o la intensidad que antes eran
secundarias pasan a primer plano y se convierten en elementos
estructuradores; para hablar de movimientos artísticos; para establecer analogías entre la música y el resto de las artes... si me pongo no acabo nunca. Hablaremos de todo ello en próximas entregas.
Aqui os dejo otro canción preciosa de Debussy, que puede complementar a la Catedral sumergida, y de la que haremos otra actividad algún día. He pensado que la podéis utilizar como complemento.
Un saludo a todos los que me seguís. (Vuestro profesor Juan Carlos)