viernes, 7 de noviembre de 2014

Música para niños: Pedro y El lobo, de Sergei Prokofiev

Hoy vamos a hablar en nuestro auditorio infantil de una de las obras de música clásica escrita para niños más conocida: Pedro y El lobo de Sergei Prokofiev.


Aquellos que me habéis seguido, sabéis que estos artículos sobre obras musicales escritas para niños (si queréis leer alguno más, pinchad aquí) nacen con la intención de dar pautas de escucha con las que poder seguir y disfrutar este tipo de música, por ello normalmente no suelo considerar relevante detenerme mucho en los datos biográficos del autor. Pero en el caso de hoy es diferente y creo que lo entenderéis perfectamente.

Pedro y el Lobo es una obra que nace de un encargo y con una intención absolutamente didáctica y esto, que bien podía haber sido un hándicap a la hora de hacer una obra de calidad -las directrices que dan a Prokofiev son demasiado cerradas-, no lo es en absoluto. La razón de ello tiene mucho que ver con la vida de Prokofiev y la situación política en la que desarrolla su trabajo.

Sergei Prokofiev es un compositor ruso nacido en 1891. Se forma en el Conservatorio de San Petesburgo y en 1918 abandona Rusia interesado por la música de compositores occidentales  como  Debussy o Strauss afirmando, el mismo, un lenguaje propio de gran aspereza armónica y rítmica que lo debemos inscribir dentro de alguno de los lenguajes más avanzados del momento, como podían ser las estéticas simbolistas o futuristas.

Prokofiev pasa quince años de su vida viviendo en EE.UU, Francia y Alemania, pero a partir de 1927 comienza a reestablecer sus contactos con la URRS donde realizada varias estancias y a donde vuelve definitivamente en 1936. Dos años después a Prokofiev, como a tantos otros,  se le prohibió la salida del país y se convirtió en un compositor oficial a las órdenes del régimen.


Por supuesto esto se ve reflejado en su obra de una manera muy clara, su estilo innovador y transgresor se aplana, hay una vuelta a la tonalidad, al empleo del floklore... podríamos hablar largo y tendido de ello, pero no creo que sea el lugar. Lo que sí quiero indicar es que Prokofiev encontró una vía de escape, una manera de poder salirse de las indicaciones del régimen cuando escribía bandas sonoras para películas u obras de teatro, como es el caso de Pedro y el lobo, pues los "pecados"que pudiese cometer a ojos del máximo rector quedaban ocultos tras las exigencias dramáticas del argumento.


Esto es lo que pasa en Pedro y el Lobo, pese a ser una obra didáctica nacida a petición de Natalya Sats y el Teatro Central Infantil de Moscú, con el claro objetivo de cultivar el gusto musical de los niños desde los primeros años de escuela no queda estelirizada en ningún momento el talento y la maravillosa imaginación musical de Prokofiev.


Cuatro días fueron los que necesitó Prokofiev para crear crear esta obra. Y ¿qué hizo para seguir el propósito de cultivar el gusto musical de los niños? Pues creó un cuento musical para todas las edades con el que mostraría a su público los diferentes instrumentos de la orquesta. Para ello y para no limitarse únicamente a mostrar el timbre del instrumento  sino ir un poquito más allá, asoció cada instrumento de la orquesta a un personaje de la historia y los personalizó musicalmente con un carácter y un comportamiento. Tenemos al niño ingenuo, al abuelo grunón, a los no muy valientes cazadores... Mejor os lo ordeno en la siguiente lista.
  • Pedro, el joven protagonista de la historia va a ser interpretado por los instrumentos de cuerda y el tema con el que aparece represetado es un tema melódico rítmico de "ingenua vivacidad" como es el carácter del propio niño. 
  • El pájaro, como no podía ser de otra manera será la flauta.
  • El pato, es representado por el oboe y el tema refleja perfectamente la cobardía del personaje.
  • El abuelo, tierno pero grunón es el fagot y así es el tema.
  • El gato, el clarinete haciendo de tramposo.
  • El lobo está representado por tres trompas que desde el fondo de la orquesta nos grunén.
  • Los timbales  y el bombo nos anticipan a los cazadores, bastante cobardes por cierto o, al menos, bastante menos valerosos que el intrépido Pedro.

Y el argumento ¿no nos vas a contar el argumento de la historia? sería la pregunta en este momento. No hace falta. Prokofiev escribió este cuento musical para niños, op. 67 para orquesta sinfónica y narrador. Será él quien nos guíe maravillosamente a través de esta historia. Espero que lo disfrutéis.

La versión que he elegido es la interpretada en 1997 por la RTVE con Sergiu Comissiona en la dirección y Rafael Taibo como narrado.










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