Tras nuestros especiales de Halloween y carnavales, volvemos a nuestra programación habitual de Tribudesol, esa que comenzamos allá por el mes de septiembre de 2014 con el objetivo de acercar algunas de las obras más famosas de la música clásica a nuestros niñ@s. Hoy le toca el turno a La danza húngara, nº 5 de Johannes Brahms otro
de esos "grandes éxitos" de la música clásica reconocible por inmensa
mayoría del público con la escucha de apenas unos compases.
Una obra con la que estoy segura que disfrutaréis con vuestros chavales pero que dada sus características además nos va a da la posibilidad de hablar, y más importante todavía de reconocer, su forma musical así como definir el uso que se hace del folclore en el romanticismo o el concepto de música pura. Todo ello, como siempre, con el lenguaje más simple y claro que podamos.
Una obra con la que estoy segura que disfrutaréis con vuestros chavales pero que dada sus características además nos va a da la posibilidad de hablar, y más importante todavía de reconocer, su forma musical así como definir el uso que se hace del folclore en el romanticismo o el concepto de música pura. Todo ello, como siempre, con el lenguaje más simple y claro que podamos.
Estamos ante una obra que Johannes Bramhs escribió en 1869, en pleno romanticismo, dentro del primero de los cuatro cuadernos que compuso de Danzas húngaras arregladas para piano.
Apenas dos líneas de información y ya tenemos muchas posibles preguntas en el aire: ¿Danzas húngaras? Sí, en la música romántica también se dejó sentir ese auge de lo nacional y del nacionalismo.
Del mismo modo que desde comienzos del s. XIX se va a desarrollar un
interés por las lenguas periféricas como el checo, el húngaro o el ruso,
además de un interés creciente por la historia local y las costumbres en
música vemos como los compositores se van a sentir fascinado por el
folclore de cada pueblo, por sus cantos y sus bailes, por esos idiomas
musicales específicos con los que está creada una música popular que
hasta ese momento apenas se apreciaba.
Prueba de ello es que en la música del romanticismo -estas Danzas húngaras de Brahms son uno de tantos ejemplos- nos
vamos a encontrar como esos rasgos musicales propios de la música
popular son utilizados por los compositores e introducidos dentro del
marco de la tradición de eso que llamamos música culta.
¿Cómo lo hacen? Pues asumiendo sus ritmos, sus modulaciones, sus cambios de tempo... pero eso sí, no nos llevemos a engaño, pese a todo el respeto que pudiera haber por el folclore en el s. XIX no hay ningún intento de transcripción fiel del mismo.
¿Cómo lo hacen? Pues asumiendo sus ritmos, sus modulaciones, sus cambios de tempo... pero eso sí, no nos llevemos a engaño, pese a todo el respeto que pudiera haber por el folclore en el s. XIX no hay ningún intento de transcripción fiel del mismo.
Lo que Brahms hace, pese a todo su interés y conocimiento
de la música húngara a través de su amigo el violinista Reményi y de sus
giras de juventud, es utilizar esa fuente -que no deja de ser una fuente éxotica para ellos- para integrándola renovar así su propio lenguaje. Aquí no hay un intento de fidelidad al folclore, todavía faltan unos años para que lleguen Bartok y Kodaly.
Las concebí para piano a cuatro manos:
si las hubiese compuesto para orquesta serían diferentes.
(J. Brahms)
La otra cuestión que nos planteaba el título es que se trata de una obra escrita para piano a cuatro manos
aunque no es extraño que cualquiera que haya escuchado la pieza, la
recuerde interpretada por una orquesta. Todo correcto. Brahms compusó la
obra para piano a cuatro manos pero el éxito que tuvo le llevó a hacer
versiones, una primera de los dos primeros cuadernos para piano a dos
manos y una posterior para orquesta de las danzas nº 1, 3 y 10. Pero ¿no
estamos hablando de la 5º danza?, me preguntaréis. Pues sí, las versiones orquestales que conocemos, que son muchísimas, no pertenecen a Brahms, las han hecho otros músicos y de todas ellas cabe destacar las orquestaciones que Dvorak realizó.
Contextualizada la pieza, la pregunta de siempre: ¿Qué podemos trabajar en esta obra con nuestro chavales? Pues como siempre muchas cosas. La primera de ellas es que estamos ante una obra de música pura.
Pero antes de continuar hablando de forma, escuchemos una peculiar interpretación de esta Danza Húngara, nº 5 de Johannes Brahms.
Ya hemos avanzado que este tipo de música que conocemos como pura establece una fuerte alianza con la forma, lo que os propongo a partir de ahora es guiar a nuestros chavales en el reconocimiento de la forma que tiene esta Danza nº 5 de Johannes Brahms. La verdad que es un ejemplo perfecto y sencillo para trabajar tanto por la brevedad
de la misma como por el uso que se hace de los principios de repetición y contraste de material.
Obviamente para poder deducir con ellos necesitamos reconocer los materiales e identificarlos, ponerles cara. Mirando las versiones que había en youtube he encontrado un musicograma muy divertido de esta obra realizado por alumnos de la Universidad de Granada para la asignatura de Didáctica de la expresión musical que narra la historia de un niño que se come un pastel -es obvio después de lo que os acabo de contar sobre la música pura que esto no es lo que a mí me interesa- pero está muy bien porque a cada frase le ponen una cara o una acción que hará mucho más fácil el reconocimiento para los más peques.
Mi primera propuesta es esta: debemos reconocer si la obra tiene forma bipartita o tripartita, es decir si la obra únicamente es la exposición de dos secciones contrastadas o la obra finaliza con la misma sección que comenzó y tiene en el centro una sección contrastante.
La respuesta va a ser muy fácil para ellos, estamos ante un A B A, estamos ante una forma tripartita. Los minutajes serían los siguientes:
A- hasta min 1'00
B- 1'00- 1'42
A- 1'42 hasta el final
Lo que deberíamos ver en una segunda escucha es que dentro de cada una de estas grandes secciones también se repite mucho material y también tenemos material contrastado.
Volvamos a escuchar la sección y fijémonos ahora cuantas imágenes
distintas nos aparecen, con cuantos materiales diferentes Brahms crea la
sección A. Nos deben salir estos cuatro.Realmente se podría plantear de otras maneras, la música no es una cuestión cerrada sino que la interpretación juega un papel determinante en todo análisis y realmente mamá enfadada y niño triste podemos entenderlo como la misma frase -pregunta/ respuesta- lo mismo que dentro de la sección de niño tarta podríamos encontrar pregunta/respuesta, pero da igual no pienso en este momento en que ellos hagan interpretaciones analíticas, -si pueden, por supuesto- sino que reconozcan.
El siguiente paso es que lo vamos a volver a escuchar pero esta vez deben dibujar el motivo cada vez que lo escuchen, así se darán cuenta de que la sección está creada a partir de la presentación y repetición de cada uno de los materiales. Les quedará algo así:
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Identificado todo el A pasaríamos a la sección B y volveríamos a hacer lo mismo. Lo primero escucharíamos los materiales y posteriormente veríamos que a partir de la repetición de esas tres ideas contrastadas está construida la sección. Estás son las ideas que encontrarán:
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Creo que además de ser una buena obra para escuchar la forma, esta Danza húngara nº 5 de Johannes Brahms es un ejercicio perfecto para que identifiquemos los dos principios básicos con los que está creada la obra: el contraste y la repetición.
Como ya os he comentado es una obra terriblemente versionada para acabar
os dejo una para piano a dos manos que creo que os puede gustar.
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