Había una vez un señor que se llamaba Gioachino Rossini, que vivía en
Padua y componía sus cosillas musicales. Compuso muchas óperas, pero le
parecía de muy mala educación que a menudo las sopranos olvidaran la
letra en mitad del escenario y cantasen lo que les venía en gana, de
forma que se perdía el hilo de la historia y nadie sabía de qué iba la
ópera exactamente, porque cuando la soprano tenía que cantar, pongamos,
algo como: "Voy a suicidarme porque mi amante me ha dejado", decía, en
lugar de eso: "Voy a-a-ahh tralará chim-pon", con lo cual, claro, el
público se sorprendía al verla suicidarse, porque no había avisado
primero (como es usual en las óperas).
El caso es que el querido
Gioachino un día se hartó y decidió que estaba harto de las sopranos y
que en adelante compodría sólo para los gatos, que como es bien sabido
tienen muy buena memoria para lo suyo.
Lamentablemente el público
ni la Historia comprendieron el intento de depuración musical de
Rossini y las sopranos siguieron interpretando sus obras. Hasta hoy.
Tres siglos después, finalmente, un avezado productor musical ha tirado
la casa por la ventana y les ha producido un single a dos mezzosopranos
de raza común europea.
Aquí tenéis, en exclusiva, el Duetto buffo di due gatti tal y como Rossini lo concibió:
Le duo des chats
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por tu comentario!
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por tu comentario!
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.